Translate

La primera etapa de una difícil economía

Resultado de imagen de potosi peru siglo xvii

La economía de Perú, como la de los países que conforman América Latina, es un tema complicado de abordar debido, sobre todo, a la ausencia de datos fiables que nos permitan hacer cálculos concretos y efectivos del desarrollo económico. Es por ello por lo que solo podemos hacernos unos cuantos planteamientos sobre unas variables palpables que nos permitan abarcar ciertas cuestiones trascendentales: ¿Por qué Perú, así como América Latina en general, tuvo un desarrollo económico diferente al de EEUU y Canadá, teniendo todos una base colonial? ¿Qué relación existe entre un Estado débil y una economía débil? ¿Por qué en Perú se desarrolla una economía extractiva?
A pesar de estas carencias que hacen del estudio de la economía de Perú un ámbito complejo, sí podemos hacer un análisis de los momentos y circunstancias más representativos de la economía peruana desde el siglo XVII hasta el siglo XX, con la idea de hacer un análisis competente de las cuestiones que nos abordan.
Durante los siglos XVII y XVIII la actividad económica más importante de la zona del Perú era la minería, especialmente a partir del agotamiento de las minas bolivianas en la segunda mitad del siglo XVII. Sin embargo, y a pesar de la diversificación relativa que se había conseguido (obrajes, talleres textiles, explotaciones agrícolas, estancias ganaderas…) , la economía de Perú era frágil y los desastres naturales y las guerras de entre siglos afectaron negativamente a la economía. Ejemplo de ello son las Guerras Carlistas que provocaron la interrupción del tráfico comercial entre Perú y España. Las guerras no solo provocaban hundimientos demográficos, sino que dejaban abierta la vía a epidemias, como la de 1718. El impacto de la piratería británica y de la holandesa sobre la economía peruana también es importante, y supuso un gasto de recursos en construcción de infraestructuras especialmente. Por otro lado, la nueva división territorial que fraccionaba el Virreinato de Nueva España en el Virreinato de Nueva Granada y en el del Río de la Plata, y la rebelión de Tupac Amaru II, provocaron un impacto nuevamente desfavorable en la economía de Perú. Sin embargo, las Reformas Borbónicas promovieron la creación de la Junta Superior de Comercio y el Tribunal de Minería que ayudaron a la reorganización de la economía.
El siglo XIX comenzó con momentos de gran impacto económico, sobre todo a partir de 1812 con la promulgación de la Constitución de Cádiz que suponían nuevas reformas políticas y administrativas y, por ende, un clima de inestabilidad en los gobiernos coloniales. Desde este punto hasta 1830 las guerras fueron permanentes – Guerra de Independencia y Guerra contra la Gran Colombia, regida por Bolívar - lo que conformó un constante periodo de deterioro. A esto se sumaron los problemas técnicos en las minas derivados básicamente de la escasez de mercurio a raíz del agotamiento de los yacimientos de Huanavelica. 
Perú comienza, tras estos duros primeros momentos, a forjarse como nuevo país y desarrolla un sistema económico que se amolda al nuevo sistema mundial, al menos en parte: desaparecen los privilegios comerciales con España y se adapta al nuevo orden de libre comercio, en el que la potencia imperante es Inglaterra. En este punto es sumamente importante la exportación de guano por parte de Perú, ya que supone un incremento de ingresos para el Estado y para los hombres de negocios. Pero a partir de 1874, con el reemplazo del contrato Dreyfus  por, nuevamente, el sistema de consignatarios vuelve a haber un descenso económico que se agravará con la Guerra del Pacífico.
La recuperación no se dará hasta la mitad de la década de los noventa tras la conclusión de una guerra civil y la instauración de la República Aristocrática, aunque cabe mencionar el contrato Grace que permitía la culminación de la construcción del Ferrocarril Central y, por ende, la explotación y el transporte de minerales no ferrosos en la Sierra Peruana. Con la República Aristocrática se establecen los patrones de especialización de la economía peruana en el sistema económico mundial; una economía diversificada cuyos productos principales de exportación eran agrícolas y mineros. Estos patrones se afianzarán durante el siglo XX.
En este nuevo período, y, en parte, gracias a la inauguración del Canal de Panamá, se dará un proceso de expansión económica que se verá interrumpido durante la crisis de 1908. En él, es significativo el incremento de población urbano en Lima, que permite la centralización de la distribución de la población.  
Para comenzar a deshilachar los matices intrínsecos de este tema que nos aborda hemos de focalizar nuestra mirada primero a la historiografía. La historiografía latinoamericana tradicional ha querido interpretar la reducción de los ingresos del fisco Estatal de las diversas Repúblicas latinoamericanas surgidas en el siglo XIX como el resultado  de las Guerras de Independencia, que provocaron un ambiente de desequilibrio político y social que imposibilitó la optimización del desarrollo económico. 
Sin embargo, esta visión tradicionalista se ha visto mermada por una nueva forma de abordar el problema, complicando una situación vista con anterioridad de una forma, quizá, demasiado simplista. Esta nueva historiografía concluye la falta de compromiso político como la causa fundamental del desorden financiero. Así, frente al poder del gobierno colonial, encontrado en el apoyo económico de los poderes locales, surge una cansada República, que no puede seguir contando con dicho apoyo, y que se ve obligada a satisfacer sus necesidades económicas con sus propios recursos - sobre todo con impuestos indirectos , no con directos - y con ayudas exteriores. En este escenario los prestamistas y el mercado de capitales hacen su aparición provocando la deuda y el desastre financiero definitivo sobre aquellas naciones. Las disparidades sociales, las jerarquías, los datos demográficos, los nuevos ideales que surgen y seguirán surgiendo, la producción, las leyes, etc. terminan de ofrecer una serie de variables que nos muestran un complicado escenario en el que la renovación y el desarrollo no son llevados a cabo.  
En cualquier caso, las independencias de América latina no deben ser tomadas como las causantes del descenso de la producción, sino que  derivan de un descenso tendencial  resultado de un clima de contracción creado en el siglo XVIII, que dio paso a un aumento de la desocupación, la marginalidad y la pobreza. 
Para intentar comprender la complicada situación de la economía peruana, podemos tomar como referencia a la actual potencia económica mundial, EEUU, que también tiene una base colonial. Las desavenencias más importantes que se ven entre el actual territorio de Perú y el de EEUU, son las diferencias geográficas. EEUU está marcado por la unidad regional, ya que a medida que el suelo se iba conquistando, se llevaba a cabo un proceso de incursión económica apoyado por la construcción de las infraestructuras necesarias para este proyecto. Este sistema es beneficiario de una geografía mucho más simple que la de América Latina en general y de la de Perú en concreto, ya que gracias a este factor la construcción de redes de comunicación era mucho más simple y menos cara que en los territorios de las colonias españolas y portuguesas. 
En la geografía continental actual de EEUU, exceptuando Alaska, a medida que se avanza tierra adentro desde la costa Este, la llanura costera del litoral Atlántico da lugar al bosque caducifolio y a la meseta del Piedmont, todo este terreno en una situación ventajosa a la hora de la construcción de carreteras y del ferrocarril, imprescindibles para las comunicaciones internas a larga distancia. Los Apalaches separan la costa oriental de los Grandes Lagos y las praderas del Medio Oeste, las Grandes Llanuras. El río Mississippi- Missouri, el cuarto sistema fluvial más largo del mundo, corre de norte a sur a través del centro del país, convirtiéndose, sobre todo, a partir de la aparición del barco de vapor, en otro importante sistema de comunicación. La pradera llana y fértil de las Grandes Llanuras se extiende hacia el oeste, hasta que es interrumpida por una región de tierras altas en el sureste. Las Montañas Rocosas, en el borde occidental de las Grandes Llanuras, atraviesan de norte a sur todo el país, llegando a altitudes superiores a los 4300 m en Colorado. 
En contraste nos encontramos con una geografía bastante hostil en la zona del Perú, dominada por la Cordillera Andina, con una franja costera, caracterizada por un panorama de dunas arenosas, entre las que se levantó Lima, antigua capital del Virreinato  sede del Gobierno Republicano y una zona de selva. La poca cohesión de paisajes en un territorio mucho más pequeño que el de EEUU, como es el de Perú y la inexistencia de elementos naturales que ayuden a ello, como son en EEUU los sistemas fluviales, nos muestran una realidad que complica el transporte terrestre de manera simple. 
Sin embargo, las dificultades geográficas de Perú podrían haber sido superadas con mayor eficacia. La inversión que hizo EEUU en comunicaciones no se realizó en Perú. El gasto público en transporte se invirtió siempre con miras exteriores, focalizando el interés en las exportaciones, sobre todo de minería no ferrosa, siendo ejemplo de ello la construcción del Ferrocarril Central, y no a un comercio interior que podría haber avivado la llama económica interna. 
Por otro lado, las nuevas Repúblicas hispanoamericanas en general, y la de Perú en concreto, habían heredado del Antiguo Régimen estructuras sociales estamentales, que hacían de las nuevas tendencias teóricas liberales de igualdad ciudadana algo imposible de llevar a cabo a su carácter práctico. Tomó importancia la idea de “vecino” antes que la de “ciudadano”, ya que cada habitante se relacionaba más con su municipio que con el Estado, y la idea de “pueblo” no representaba al conjunto de los “ciudadanos” de la nación, sino al conjunto de “cuerpos corporativos” constituidos legalmente por la sociedad – cabildos, comunidades, juntas… -. Por otro lado, este sistema desfavorecía un mercado de tierras que hubiese beneficiado la adquisición de propiedades privadas, que a su vez hubiesen generado nuevas empresas. 
Este problema, unido al del transporte provocó una regionalización que no vemos en EEUU. En Perú – más que crearse- se afianzaron las identidades regionales, siendo la idea de “nación” algo abstracto y artificial, creado a través de un pacto entre estas regiones. Las identidades culturales de las diferentes sociedades – las que se estaban creando y las heredadas del Antiguo Régimen - conformaron un peligro que las nuevas Repúblicas advierten e intentan paliar,  ejemplo de ello es la Constitución de Perú, que reconoció el quechua, el aimara y las lenguas aborígenes, consideradas en el mapa del "patrimonio lingüístico y cultural del Perú", como oficiales en el año 2003. 
Todo ello afectaba también a la hora de crear instituciones que garantizaran una buena fluctuación monetaria, siendo imposible, como sí había ocurrido en EEUU, la creación de un banco estatal. La creación de bancos capaces de llevar a cabo esta fluctuación necesaria, estuvo en manos de entidades privadas exteriores, por ejemplo, el Banco de Londres.  La creación de un Banco Nacional tendrá que esperar hasta 1922, año en el que triunfe el proyecto de Ley 4500: Creación del Banco de Reserva del Perú promulgada el 9 de marzo de 1922.   
En contraposición, las facilidades que se habían creado en EEUU con la centralización política, económica y social, consolidaron la creación en 1791, de mano de Alexander Hamilton y durante la presidencia de George Washington , del Primer Banco de EEUU. Esto supone para EEUU la involucración inmediata en la economía-mundo del momento, aunque, por el momento, era otra potencia la que regía en esas cuestiones. 
Sumida en esta falta de orden interno, la República de Perú, se vio afectada negativamente al insertarse en la economía-mundo de un sistema capitalista que veía su nacimiento. Las desconfianzas y los riesgos provocaron un atesoramiento de capitales dentro de Perú y la inversión interior quedó anulada. El Estado percibía pocos ingresos y no era capaz de operar con eficiencia, y es por eso, por lo que Inglaterra, la nueva potencia mundial, tomó las riendas de las inversiones dentro de Perú. 
A pesar de la expansión de negocios de algunos criollos importantes, éstos no podían hacer frente a las grandes compañías comerciales europeas que se fueron instalando en toda latinoamérica, aunque seguirían siendo importantes a nivel local. Las empresas inglesas familiares, como la ya mencionada Dreyfus, se hicieron con el monopolio de los mercados exteriores de Perú. 
“Dos son los factores económicos que mayoritariamente juegan a su favor: en primer lugar, a falta de circulante fresco, la posibilidad de movilizar grandes cantidades de mercaderías a cambio de la exportación de materias primas o productos no elaborados a Europa con sus respectivas ganancias monetarias; en segundo lugar, el manejo del crédito a través del financiamiento de actividades productivas u orientadas al desarrollo del comercio local o a través de cumplir con actividades bancarias formales e informales, lo cual sumaba otras utilidades por los intereses del mismo crédito.” (CAVIERES, 1998, 50.)
En cualquier caso, las inversiones extranjeras no se dirigieron a crear una industria fuerte e independiente en los países de latinoamérica. Las revoluciones industriales supusieron en Europa la migración masiva de población del campo a las ciudades, lo que suponía una carencia a la hora de la producción agrícola. Esta producción fue llevada a cabo por las nuevas Repúblicas americanas que competían con las colonias, sobre todo, del Imperio británico. Esto obligaba a mantener unos precios reducidos, aunque si creaba cierta dependencia entre los países productores de materias primas y los países industrializados. Por otro lado, si llegaron innovaciones técnicas a los campos de cultivo de Perú fueron las menos, esta economía extractiva dependía casi exclusivamente de sus recursos naturales y de su abundante y barata mano de obra. 
Todos estos factores van a caracterizar a aquella economía emergente que hoy aún persiste en Perú. Por ello, debemos ser críticos con la historiografía tradicionalista para poder abordar los problemas actuales de Perú criticando el camino fácil que tomaron los primeros Gobiernos peruanos, que hicieron a los ricos más ricos y a los pobres más pobres dentro y fuera de Perú.

SI QUIERES SEGUIR LEYENDO SOBRE LA HISTORIA DE PERÚ PINCHA AQUÍ

BIBLIOGRAFÍA

  • MORENO CEBRIÁN, Alfredo, Tupac Amaru, el cacique que rebeló los Andes, Madrid, 1998.
  • SEMINARIO, Bruno, El desarrollo de la economía peruana en la Era moderna. Precios, población, demanda y producción desde 1700, Universidad del Pacífico, Lima, Perú, Julio 2015.
  • PÉREZ HERRERO, Pedro, “La conformación política y social de las nuevas Repúblicas hispanoamericanas (1810-1834). Caracteres generales.” En: JOVER, Jose María (ed.), Historia de España Menéndez Pidal: la España de Fernando VII. La posición europea y la emancipación americana. Vol. XXXII, Espasa-Calpe, Madrid, 2001, pp. 325-364.
  • CAVIERES FIGUEROA, Eduardo, “Expansión del capitalismo periférico en el Pacífico sur, siglo XIX. Crecimiento económico dependiente”. En: América Latina en la Historia económica, Vol. 5 nº9 (enero-julio), Instituto de investigación Dr. José María Luis Mora, México, 1998, pp. 41-51.
  • OFICINA DE INFORMACIÓN DIPLOMÁTICA DEL MINISTERIO DE ASUNTOS EXTERIORES Y COOPERACIÓN, Ficha País: EEUU, Julio, 2016.
  • LUELMO, Julio, Historia de la Agricultura en Europa y América, Ediciones Istmo, Madrid, 1975.

WEBGRAFÍA

  • http://www.bcrp.gob.pe 
  • http://blog.pucp.edu.pe/blog/juanluisorrego/2012/01/01/breve-historia-de-la-banca-en-lima-hasta-1950/ 
  • http://www.bbc.com/mundo/noticias/2013/12/131217_finde_reserva_federal_centenario_am


Comentarios

Entradas populares de este blog

LA DÉCADA PERDIDA. LOS AÑOS OCHENTA EN PERÚ.

POLÍTICA, CAUDILLISMO Y ECONOMÍA DE PERÚ

DE RE PUBLICA. UN PALIMPSESTO POCO APRECIADO