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PROBLEMAS Y RETOS DE LA HISTORIA DE LAS MUJERES. UN ARTÍCULO SOBRE DOS PROBLEMAS CRUCIALES AÚN SIN RESOLVER.



SEGURA GRAIÑO, Cristina: “Problemas y retos de la historia de las mujeres”. En Vasconia, 2006, nº 35, pp. 505-513. 

Segura Graiño, hace referencia a dos problemas en este artículo. El primero se refiere a la denominación de la Historia que tiene a las mujeres como sujetos. El segundo problema está relacionado con la escasa trascendencia y el reducido reconocimiento que los avances científicos en este campo tienen en la Historia general y académica.
La autora afirma que toda denominación debe considerarse de forma positiva, siempre que tenga a las mujeres como sujeto activo del acontecer histórico, no como objeto de la Historia. Por ello, la primera postura que defiende es la denominación “Historia de las mujeres”, que hace referencia a la diversidad de circunstancias en las que han vivido las mujeres, frente a la denominación “Historia de la mujer”, que supone la aceptación de los modelos patriarcales ya que hace referencia a un único modelo de mujer.
Por otro lado, la autora defiende que la aceptación del término género supone una opción dentro de la crítica feminista. Por tanto, tiene un carácter excluyente con las otras tendencias metodológicas que no aceptan el género como sujeto histórico. El género se establece como una construcción social y cultural del patriarcado, que ha dividido la sociedad en dos grupos desiguales. Considera que para mantener este término ha de usarse “Historia de las relaciones de género”, ya que tiene como sujeto las relaciones que se originan entre los dos sexos, o “Historia del sistema de géneros”,  que profundiza en el entramado social que se origina por no tener cada grupo las mismas obligaciones y derechos.
Según la autora, debe mantenerse la denominación “Historia de las Mujeres”, ya que cuestiona la organización patriarcal y propone una sociedad más justa, de modo que afirma su carácter feminista. Sin embargo, aunque la “Historia de las Mujeres” debe tener este carácter, la denominación Historia feminista no le parece adecuada, ya que le da un matiz político que puede conllevar críticas malévolas.
A pesar de argumentar que la denominación de “Historia de las Mujeres” es muy correcta, la autora defiende el uso de la denominación de “Historia Social de las Mujeres” ya que el análisis de la realidad social en la que se desarrolla la vida de las mujeres debe hacerse siempre partiendo de que las mujeres viven en sociedad y están implicadas en cualquier acontecimiento que se produzca.
El segundo problema que aborda la autora se relaciona con el papel secundario que tiene la “Historia de las Mujeres” en el ámbito de la enseñanza primaria, secundaria y universitaria. Por tanto, si la educación sigue teniendo un carácter patriarcal, las personas que reciben estas enseñanzas asumen estos planteamientos.
He querido destacar la siguiente cita:
“A lo largo de la Historia las circunstancias en las que han vivido las mujeres han sido muy diversas, aunque bien es cierto que todas han tenido en común la subordinación a los hombres de su misma clase social y grupo. También han sido muy diversas las formas como han reaccionado ante la subordinación impuesta.”(p 507)
La razón de haber escogido ésta, y no otra, es que define claramente la denominación “Historia de las Mujeres”, ya que no hace de ellas un elemento estático en el transcurso histórico, sino que dinamiza las diferentes posiciones de las mujeres, y al mismo tiempo hace de ellas un colectivo con un elemento común.
En mi opinión, los dos problemas a los que hace referencia Segura Graiño en este artículo son fundamentales para el avance de la posición de las mujeres en la actualidad. 
En primer lugar, la denominación de “Historia de las mujeres” es la más correcta, ya que hace de las mujeres sujeto y no objeto de la Historia, además de expresar la diversidad de situaciones y posiciones que han vivido las mujeres a lo largo del tiempo. 
El problema de la denominación debe ser solucionado con el fin de poder transmitir de forma más unitaria todos los conocimientos que la “Historia de las Mujeres” aporta. A pesar de ello, también estoy de acuerdo con la autora en no cerrar las puertas a cualquier denominación que tome a las mujeres como sujetos y no como objetos de la Historia.
En segundo lugar, opino que es necesario avanzar en la enseñanza de la “Historia de las Mujeres” desde la infancia. Transmitir la Historia sin abarcar en ningún momento la posición de las mujeres facilita la subordinación de las mismas en el sistema patriarcal. 
Los valores y las enseñanzas que adquirimos durante nuestra vida académica, dentro y fuera del aula, son esenciales dentro de la personalidad que tendremos como adultos. La educación de los valores tiene que evolucionar en general. Para ello debe haber un cambio y comenzar a incluir a todos los colectivos que han quedado fuera de la “Historia Social”, solo de este modo podremos conseguir una igualdad que a día de hoy casi parece utópica.
Si queréis descargar el artículo os dejo aquí el enlace: http://hedatuz.euskomedia.org/4275/


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