MUJERES Y LA GUERRA FEUDAR: REINAS, SEÑORAS Y VILLANAS.
PASTOR, Reyna: “Mujeres y la guerra feudal: reina, señoras y villanas. León, Galicia Castilla (siglos XII y XIII)”. En: Las
mujeres y las guerras: el papel de las mujeres en las guerras, de la Antigüedad
a la Contemporánea; Barcelona, Icaria, 2003, pp. 52-72.
El texto gira en torno a la hipótesis de que la
sociedad feudal plenomedieval podía aceptar actuaciones de mujeres por encima
de los condicionamientos del “género”, basados en una jerarquía en la que las
mujeres quedaban subyugadas al poder de los hombres.
Para analizar la situación de las mujeres en este
ambiente, la autora las divide en dos grupos: las nobles y reinas, y todas las
demás.
En cuanto al primer grupo, la autora se centra en casos
muy ilustrativos de reinas que ejercieron el poder directamente: Urraca de Castilla
en el siglo XII y Berenguela en los siglos XII y XIII. La
autora analiza dos tipos de fuentes, las documentales y las cronísticas, para
fundamentar su investigación y que el lector pueda tener en cuenta como han
afectado a la visión histórica de las mujeres en este aspecto. La importancia de que las documentales sean
escritas por hombres no es tanta en comparación a las crónicas, ya que las
primeras tratan situaciones jurídicas y legislativas en su mayoría y no se ven
tan afectadas por la misoginia de la época, mientras que las segundas mantienen
una visión propia de los hombres al empobrecer la figura de las mujeres que
ejercieron el poder debido a sus condicionamientos de “género”.
Por un lado, sobre la reina Urraca de Castilla la
autora destaca el hecho de que fuera nombrada legítima heredera del trono de
León y Castilla, convirtiéndose en reina, y no en regente. Urraca va a tener
una vida militar muy activa encabezando y reclutando los ejércitos y preparando
las batallas. Poderosa, fuerte e indomable, Urraca se nos presenta como una
mujer independiente que se mueve de un campo de batalla a otro.
Por otro lado, a la muerte de sus padres, Berenguela
queda como regente durante la minoría de edad de su hermano pequeño Enrique.
Pero al morir este hereda los derechos al trono, aunque rápidamente los cede a
su hijo, Fernando, sobre el que va a tener una gran influencia. El papel
político de Berenguela es muy fuerte, ya que se ocupa el gobierno en las
ausencias de su hijo y le acompaña en algunas campañas militares.
Con estos ejemplos queda demostrada
la participación activa de las mujeres nobles y las reinas en la guerra.
Pero también participaban mujeres de rango en las
empresas militares como tenentes, que, aunque no acudían a la guerra, ejercían
un mando militar, aunque solo fuera local.
También se menciona el caso de las
freiras de las órdenes militares, que, aunque en principio, no ejercieran funciones
militares, vivían en un clima militarizado.
“Otro tipo de testimonios demuestran
que la ideología de esas grandes reinas y señoras estaba formada en este ambiente
de guerra y más tarde de cruzada, que compartían y que no solo cumplían con la
misión femenina […]. Muchas de ellas, ocupadas a fondo por los asuntos
políticos y militares del reino, demuestran esas preocupaciones de diversas
maneras” (Pag. 67)
He querido destacar esta cita porque
pone de manifiesto el interés de las mujeres por la guerra, que, en esta época,
era una preocupación necesaria, aunque muchas no participaran de forma activa.
Demostraciones de dicho interés podemos encontrar en cartas entre mujeres de
elevado nivel social, en las que no solo se demuestra la preocupación, sino
también el conocimiento que tenían del mundo militar.
En cuanto al segundo grupo, la autora comienza hablando
de las que sufrían la guerra: las muertas, cautivas y rehenes. En este grupo
encontramos a las mujeres que acompañaban a las tropas, las que vivían en las
villas pasadas a cuchillo y las rehenes obligadas a emigrar de un lugar a otro.
Las mujeres aparecen como las principales víctimas de los estragos de la guerra
en cuanto a las hambrunas y a la pérdida de familiares.
Por último, en el texto se alude a los motines urbanos,
en los que, aunque no se mencione en numerosas ocasiones, no cabe duda de que
participaron mujeres. La autora defiende que no aparecen de forma explícita en
las fuentes porque se oculta bajo el genérico masculino de “rebeldes”.
En mi opinión es un buen texto, pero deja muchos
frentes sin abarcar que podrían ser muy interesantes. En el epígrafe que hace
referencia a las víctimas
de guerra acaba haciendo más alusión, desde mi punto de vista, a la indefensión
de las mujeres, sin exponer la importancia que tuvieron, por ejemplo, dentro de
los ejércitos, ya fuera realizando funciones auxiliares, de soldaderas, de espías
o realizando actividades de naturaleza cotidiana.
Por otro lado, cuando hace alusión a la preocupación
de las mujeres por la guerra, también da esa impresión de indefensión de las
mujeres. Esperaba al leerlo que hiciera referencia a la formación de las
mujeres en la guerra, aunque sea una formación indirecta y poco se menciona de
ello.
Veo que la intención planteada en la hipótesis inicial
se consigue en parte, ya que cuando utiliza como ejemplos a Urraca y a
Berenguela sí queda clara su participación y su independencia y que las fuentes
aceptan, o más bien, no condenan, esas condiciones. Pero flaquea en el texto
todo lo que se refiere a los aspectos más generales de las mujeres como colectividad
dentro del marco de la guerra.
Dejo el enlace del libro en google para que podáis leerlo y comentéis que os ha parecido:
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